Autora: Beatriz Ramírez de Arroyo
En el año 2002 empezó a resquebrajarse mi salud, trabajaba en una empresa grande
como jefa del área de personal, como laboraba hasta la noche pensamos que era
estrés porque me agotaba y no alcanzaba a tomar aire normalmente y empeoré.
Cuando
comencé a hincharme en especial las piernas, fui al médico y como me
encontraron el hígado hinchado me dieron tratamiento para eso, pero seguí con
la falta de aire de modo que me cansaba el solo salir de la cama, lo pusimos en
oración y entonces nuestro hermano el Dr. Luis Fernando Arroba nos recomendó un
cardiólogo, el cuál encontró una “Deficiencia Cardíaca”.
Empezó
mi tratamiento y mejoré, pero solía tener recaídas pues seguía trabajando. Tuve
que renunciar a la empresa por salud, pero los gastos adicionales de medicinas,
exámenes y visitas al cardiólogo bajaron nuestra economía.
Volvimos
a pedirle al Señor ayuda. La Comunidad Tierra Santa nos ayudó con sus oraciones y a
solventar gastos económicos fuertes a través de los grupos. Así estuve con recaídas
recurrentes y mi salud se iba apagando poco a poco con entradas y salidas de la
clínica.
Ya
para el 2007 estas recaídas entraban en crisis, ingresaba a terapia intensiva
y quedaba demasiado delgada por lo fuerte de los tratamientos. Volví a recaer
en el 2008 de manera peligrosa; pero Dios preparó ese día para mi auxilio
porque me pudieron cargar dos hermanos de comunidad, me sacaron sentada en una
silla y llevaron a la clínica a internarme en terapia intensiva. Respiraba de a poquito y oía que todos
corrían de un lado a otro, poco a poco
mis ojos empezaron a nublarse y escuché que mandaban a ver el resucitador,
realmente me estaba perdiendo del mundo físico y me entregué en los brazos del
Creador; de repente me cubrió una luz blanca intensa que abordó mi ser con amor
tan grande que no puedo describir y hablaba con mi Padre celestial y constaté
su inmenso amor por su pueblo, entonces empecé a escuchar el ajetreo a mi
alrededor y una voz de varón que decía “la tenemos”. Estuve una semana con fuerte tratamiento pero
el doctor me dijo que ya no era suficiente el tratamiento sino que había que
recurrir a un marcapaso, lo que implicaba para mí gastos más fuertes, así que
me trasladaron al Hospital General a cardiología en terapia intensiva.
Para
esto, mi cardiólogo el Doctor Duque se reunió con dos eminencias (doctores) de Argentina,
y entre los 3 decidieron que la ciencia había inventado un instrumento para
aliviar la insuficiencia de mi corazón, equipo que valía como $30.000 dólares.
Mientras
tanto en la oración del pueblo el Señor había revelado que por su voluntad me
daría UN CORAZON NUEVO.
Los médicos buscaron una
institución benéfica y fue El Club Rotario quien lo donó al Hospital General.
Presentaron los papeles de tres pacientes que lo necesitaban urgente, pero se
llegó a la conclusión que los otros dos habían tenido algunos paros cardíacos y
tenían el corazón muy dañado y solo quedé yo, y sucedió que el equipo era ideal
para mi caso.
La diferencia del dinero se reunió con la ayuda de los hermanos de comunidad y compañeros de mis hijos. El 6 de junio del 2008 me operaron y mi recuperación fue increíble,! pues había que sincronizarlo al ritmo de mi corazón y aunque estaba débil, delgada, sin músculos en mi cuerpo me sentí muy bien con mi corazón, pues ya no me cansaba, respiraba bien y conversaba con todos contenta, haciendo bromas. Tenía que hacer terapia para recuperarme y aquí estoy como si nada hubiera pasado, con mi corazón nuevo, ¡ regalado por el Señor!
Amen
No hay comentarios.:
Publicar un comentario