lunes, 17 de mayo de 2021

CON UN CORAZON NUEVO

Autora: Beatriz Ramírez de Arroyo

En el año 2002 empezó a resquebrajarse mi salud, trabajaba en una empresa grande como jefa del área de personal, como laboraba hasta la noche pensamos que era estrés porque me agotaba y no alcanzaba a tomar aire normalmente y empeoré.

Cuando comencé a hincharme en especial las piernas, fui al médico y como me encontraron el hígado hinchado me dieron tratamiento para eso, pero seguí con la falta de aire de modo que me cansaba el solo salir de la cama, lo pusimos en oración y entonces nuestro hermano el Dr. Luis Fernando Arroba nos recomendó un cardiólogo, el cuál encontró una “Deficiencia Cardíaca”.

Empezó mi tratamiento y mejoré, pero solía tener recaídas pues seguía trabajando. Tuve que renunciar a la empresa por salud, pero los gastos adicionales de medicinas, exámenes y visitas al cardiólogo bajaron nuestra economía.

Volvimos a pedirle al Señor ayuda. La Comunidad Tierra Santa nos ayudó con sus oraciones y a solventar gastos económicos fuertes a través de los grupos. Así estuve con recaídas recurrentes y mi salud se iba apagando poco a poco con entradas y salidas de la clínica.

Ya para el 2007 estas recaídas entraban en crisis, ingresaba a terapia intensiva y quedaba demasiado delgada por lo fuerte de los tratamientos. Volví a recaer en el 2008 de manera peligrosa; pero Dios preparó ese día para mi auxilio porque me pudieron cargar dos hermanos de comunidad, me sacaron sentada en una silla y llevaron a la clínica a internarme en terapia intensiva. Respiraba de a poquito y oía que todos corrían de un lado a otro, poco a poco mis ojos empezaron a nublarse y escuché que mandaban a ver el resucitador, realmente me estaba perdiendo del mundo físico y me entregué en los brazos del Creador; de repente me cubrió una luz blanca intensa que abordó mi ser con amor tan grande que no puedo describir y hablaba con mi Padre celestial y constaté su inmenso amor por su pueblo, entonces empecé a escuchar el ajetreo a mi alrededor y una voz de varón que decía “la tenemos”.  Estuve una semana con fuerte tratamiento pero el doctor me dijo que ya no era suficiente el tratamiento sino que había que recurrir a un marcapaso, lo que implicaba para mí gastos más fuertes, así que me trasladaron al Hospital General a cardiología en terapia intensiva.

Para esto, mi cardiólogo el Doctor Duque se reunió con dos eminencias (doctores) de Argentina, y entre los 3 decidieron que la ciencia había inventado un instrumento para aliviar la insuficiencia de mi corazón, equipo que valía como $30.000 dólares.

Mientras tanto en la oración del pueblo el Señor había revelado que por su voluntad me daría  UN CORAZON NUEVO.

Los médicos buscaron una institución benéfica y fue El Club Rotario quien lo donó al Hospital General. Presentaron los papeles de tres pacientes que lo necesitaban urgente, pero se llegó a la conclusión que los otros dos habían tenido algunos paros cardíacos y tenían el corazón muy dañado y solo quedé yo, y sucedió que el equipo era ideal para mi caso.

La diferencia del dinero se reunió con la ayuda de los hermanos de comunidad y compañeros de mis hijos. El 6 de junio del 2008 me operaron y mi recuperación fue increíble,! pues había que sincronizarlo al ritmo de mi corazón y aunque estaba débil, delgada, sin músculos en mi cuerpo me sentí muy bien con mi corazón, pues ya no me cansaba, respiraba bien y conversaba con todos contenta, haciendo bromas. Tenía que hacer terapia para recuperarme y aquí estoy como si nada hubiera pasado, con mi corazón nuevo, ¡ regalado por el Señor!

Amen

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