domingo, 22 de enero de 2023

Mi Primera Alianza

Autor: José Orlando

"Mayo de 1995 fue un mes lleno de significado para mi vida y la de mi esposa. Fue el momento en que, ya siendo miembros activos de una comunidad católica, formalizamos nuestra alianza con Dios. Fue un momento emocionante y lleno de esperanza, ya que marcó el inicio de una relación más profunda con Dios y con los miembros de nuestra comunidad. Desde entonces, hemos construido fuertes relaciones con otros miembros y hemos visto cómo nuestra relación con Dios se ha consolidado cada vez más.”

Se preguntarán porque está entre comillas? Ese texto es generado por una inteligencia artificial (chat GPT) que le di cierta información del evento y le pedí que me ayude a crear una introducción a esta historia que quería compartirles.

Era un sábado 6 de mayo de 1995, nos preparábamos para hacer nuestra primera alianza con la Comunidad, en ese tiempo Jesús es el Señor Guayaquil. La ceremonia fue muy solemne, cargada de momentos emotivos. Unos de esos momentos, es cuando el Ministerio de Música tocó la canción Oh Israel (les dejo el link al final) cuya letra está cargada de mensajes muy esperanzadores, del amor infinito de Dios para su pueblo. 28 años después me sigue generando reacciones positivas en mi vida.

La letra decía que somos pecadores, pero que vengamos a formar parte de su pueblo, que nos iba a perdonar nuestros pecados. Se imaginan lo impactante de esa canción en ese contexto, de una primera alianza de una jóven pareja (en ese tiempo la pareja más joven de la Comunidad) haciendo una alianza con el Señor y con otros hermanos.

En otra estrofa decía que la hará “su esposa para la eternidad”, refiriéndose a la iglesia, su pueblo, para toda la eternidad, por que nos ama con fidelidad, quitará nuestra iniquidad y viviremos por él.

La canción recuerda que el amor de Dios no fallará, que será fiel para siempre. Es una de mis canciones preferidas por lo que significó en ese momento y por que lo sigue significando ahora.

En ese tiempo la Comunidad era pequeña en número de miembros, eso facilitó generar relaciones fuertes entre nosotros, relaciones que se mantienen a pesar del tiempo y de que algunos de ellos ya no están en la Comunidad.

Esta primera alianza nos marcó el sendero en nuestro caminar en el Señor y en la vida comunitaria. El Señor utilizó a varias personas (a las que apreciamos profundamente) para guiarnos como pareja para mantenernos el grupo de matrimonios (Unidos en Cristo) y luego en la Comunidad.

Exhorto a las personas que realizan alianzas o compromisos en sus grupos, vivirla con intensidad, con fe, con la convicción de que ese pueblo es de Dios, pero que está formado por hombres que el mismo ha llamado, pero que su condición humana limitada no le permite ver toda su grandeza. 

El amor de Dios es y será para siempre.

Amen

Canción "Oh Israel", versión de Jesed

domingo, 15 de enero de 2023

¿Buscas a tu “media naranja”?

Autora: Diana Ortega

¿Estás buscando a tu “media naranja”? La única media naranja que deberías estar buscando es la que dejaste en la cocina para prepararte un buen jugo.

Generalmente nos desesperamos buscando la otra “media naranja”; la que hace alusión a estar incompletos hasta que conocemos a “la persona” con la que hemos sido destinados a estar desde el inicio de los tiempos. Pero esa, es una concepción del hombre, que ha rondado mentes y corazones a lo largo de nuestra historia, y que ahora está presente de manera distorsionada en nuestra sociedad, como un reflejo de un mundo que busca incansablemente llenar aquel vacío del corazón, pero que no logra determinar qué es exactamente lo que le hace falta.

C.S. Lewis, en su libro Mero Cristianismo dice: “Si encuentro en mí mismo un deseo que nada de este mundo puede satisfacer, la explicación más probable es que fui hecho para otro mundo. Si ninguno de mis placeres terrenales lo satisface, eso no demuestra que el universo es un fraude. Probablemente los placeres terrenales nunca estuvieron destinados a satisfacerlos, sino sólo a excitarlos, a sugerir lo auténtico.”

El hombre fue creado por amor y para amar. Somos un don, un regalo que se da a los demás y estamos llamados a la santidad a través de nuestra vocación. Pero a quien necesitamos por sobre todo es a Dios, y hasta que no estemos con Él, nada en este mundo nos podrá satisfacer.

Muchas veces podemos confundirnos y pensar que en vez de Dios es el amor de una pareja lo que nos hará felices. Luego, cuando vienen las discrepancias, los malos entendidos y las dificultades; aquella ilusión del amor perfecto se acaba y terminamos pensando que quizás todo pasa porque esa no era “la persona indicada”. Y en lugar de revisar en nosotros lo que se puede cambiar y mejorar para llevar una relación de manera correcta con la guía de Dios, empezamos a buscar una utopía en otro lugar.

Debo confesar que me encantan las comedias románticas. Pero últimamente, me he vuelto un poco más analítica del mensaje que transmiten. Hay algunas que contienen conceptos rescatables. Lastimosamente, la gran mayoría muestra el amor con percepciones deformadas y erróneas. 

Es verdad que cuando veo aquellas escenas dulces me emociono ¿A quién no le gusta recibir lindos detalles? A mí sí. Es muy bonito pensar que alguien ha dedicado de su tiempo a preparar algo especialmente para ti.

Pero considero aún más importante lo que viene después de aquella fase inicial, y es el seguir conociéndose. No vamos a encontrar personas perfectas, ninguno de nosotros lo es. Por eso es necesario dejar de idealizar al otro, y más bien preguntarse si se aceptan tal y como son.

Es el tiempo de ser honestos, de hacer preguntas cruciales que te ayuden a saber si ambos están yendo en la misma dirección y quieren formar juntos un plan de vida. Si conociendo sus virtudes y defectos han tomado la firme decisión de amarse.

¿Comparten la misma fe? ¿Comparten valores? ¿Quieren tener hijos? ¿Cuántos hijos? ¿Dónde van vivir? ¿Cuáles son sus aspiraciones profesionales? Habrá un montón de preguntas que cada uno quiera hacer, esto es fundamental. Porque de lo contrario, si nos dejamos llevar por el romanticismo que nos vende el mundo, podemos llegar al matrimonio confundiendo amor con cualquier otra cosa.

La pareja está para complementarse y no para completarse. Son dos palabras muy parecidas pero que tienen significados diferentes. Ninguna persona puede completarte, porque solo Dios es capaz de llenar en ti lo que falte.

Por eso, busca primero a Dios y hazle partícipe de las decisiones en tu vida. Nadie mejor que Él podrá guiarte para que al conocer a alguien no te pierdas en criterios superficiales, sino más bien que analices y atesores lo verdaderamente importante. Aquellas cualidades únicas que se complementarán con las tuyas, una misma fe, valores y principios. Una relación basada en verdadero amor, aquel que busca la felicidad del otro y le motiva a crecer, para que lleguen juntos a la santidad a través del matrimonio.

Puede ser que el tiempo o las circunstancias parezcan ir en contra, o que recibas constantemente comentarios imprudentes sobre tu soltería y eso te llegue a desesperar. Pero si ya le has entregado a Dios los anhelos de tu corazón, aguarda en Él. Dale el control y Dios siempre te concederá lo mejor para ti. 

sábado, 7 de enero de 2023

Dios nunca pone en tu corazón un deseo que no quiera cumplir

Autora: Rebeca Franco

Cuando tenía 9 o 10 años descubrí que me gustaba mucho cantar y empecé a sentir que lo hacía bien, sin embargo siempre cantaba con un volumen de voz muy bajito, casi imperceptible, me apartaba para cantar y casi nadie sabía de mi afición mucho menos que me salía bien.

Formé parte  de coros  en la escuela pero nunca de solista, me daba mucha vergüenza, solo el hecho de pensar cantar sola y que todos me escuchen me llenaba de nervios, ni siquiera en mi familia conocían mi voz, pero cuando uno tiene un don así, todo su corazón le pide mostrarlo le pide expresarse, pero el miedo no me dejaba, temía no ser tan buena como pensaba.

Me tomó tiempo hasta que fui mostrando en mi casa y a ciertas amistades mi voz al cantar, como recibí buenos comentarios me animé a participar de festivales de canto en mi colegio, pero me ponía tan nerviosa que no podía hacerlo bien, la voz me temblaba y nunca podía entonar la canción como había practicado, y aunque me iba abriendo, mi voz seguía siendo un secreto, seguía siendo algo escondido para muchas personas.

Mis padres han pertenecido a la Comunidad Tierra Santa desde antes que yo naciera, y mi Papá siempre ha formado parte del ministerio de música tocando la guitarra y cantando, así que definitivamente uno de mis muchos sueños con la música era formar parte del ministerio también; pero con mi poca seguridad al cantar, este sueño se veía cada vez más lejano e irreal, y lo fui olvidando. Me enfoqué en seguir participando en concursos de talentos, incluso me inscribí a uno intercolegial y no me fue tan mal, iba perdiendo el miedo, pero nunca lograba ganar y mi hambre de cantar nunca estaba saciada, sentía que nadie me veía ni escuchaba como quería ser escuchada. Dejé por un momento los concursos, pero nunca dejé de cantar, practicaba en mi habitación cualquier canción que me gustara, imprimía las letras y las cantaba una y otra vez, y sinceramente pensé que debía cambiar de sueño, después de todo tampoco es que quería ser cantante ni nada, solo quería cantar libremente y con propósito.

En 2015 hice mi compromiso con Baluarte, el grupo de universitarios de la Comunidad Tierra Santa. Entré porqué sentí fuertemente que Dios me llamaba a servir. Nunca hubiera imaginado lo que había preparado para mí, cuando me indicaron el ministerio del que formaría parte era justo el de música. No me sentía nada lista, aún tenía mucho miedo, pero quería hacerlo bien. Iba a todos los ensayos, seguía todas las indicaciones y me aprendía las canciones, al principio lo hacía con nervios, quería sonar bien, pero poco a poco Dios me fue transformando, me fue liberando y me mostró por fin el propósito de ese don que Él me había regalado; no era para lucirme, porque yo podría fallar, era para lucirlo a Él, porque él no falla, era para transmitir su mensaje. 

Siempre me habían criticado por no transmitir ningún sentimiento cuando cantaba, hasta que le canté a Dios y todas las cosas hermosas que Él continuamente estuvo haciendo en mi interior, finalmente pudieron ser transmitidas. Aún sin merecerlo empecé a recibir elogios y cumplidos de los demás, que más que necesitarlos para mi propia validación sirvieron para demostrarme que Dios tenía desde siempre un propósito con mi voz, en poco tiempo pasé a formar parte del ministerio de Música de la Comunidad, a cantar con mi papá y mi hermana, cada oportunidad de cantar ya sea en un retiro, asamblea o en vigilias es una prueba de la fidelidad y del amor de Dios.

Dios ya había soñado con mi canto y en cómo usarlo, solo me estaba haciendo fuerte, me estaba enamorando de ÉL, para que cuando cante pueda dar a conocer eso, todo su amor, toda su ternura y suavidad, que todas estas cosas puedan verse reflejada a través de mí y que las personas que me escuchen puedan abrir su corazón y sentir un poco de su amor. En ningún momento ha sido por mis fuerzas o por mi habilidad, lo que Él ha puesto es solo suyo y yo soy un instrumento. Muchas veces también me ha permitido experimentar silencio con mi voz de hecho el año pasado (2022) tuve una temporada sin cantar por complicaciones de salud en mi garganta, estos tiempos suelen ser difíciles para mí pero cuando Él me restaura y puedo volver a cantar me siento plenamente feliz.

Dios nunca pone en tu corazón un deseo que no quiera cumplir, Él se encarga de cuidarlo, de cultivarlo, y si lo dejamos, a su debido tiempo nos hará ver los frutos. El cantar para Dios ha sido y es una de mis más grandes realizaciones, aún tengo sueños con respecto a esto, pero también tengo la certeza y la convicción de que será Dios quien me ayude a cumplirlos, y siempre será para darle a Él toda la Gloria.

¿Hay algo imposible para Dios?

Autor: JULIAN FRANCO

Ante la pregunta si hay algo imposible para Dios, digo NO, y a través de este testimonio quiero agradecer profundamente al Señor y testimoniar públicamente su bondad y su misericordia, para conmigo y mi familia. Que toda la gloria sea solo para El.

Fue un 18 de octubre del 2019 cuando la empresa para la que trabajaba prescindió de mis servicios, me quedé sin trabajo, recibir esa mala noticia me produjo una gran decepción porque ya no soy una persona joven; en ese tiempo recién había cumplido 54 años, y empezar a buscar trabajo a esa edad no era nada fácil, y mi mente se cuestionaba, quien querría contratar a “Un señor mayor”; y así fue que poco a poco me fui quedando sin opciones, fuera del mercado laboral y desactualizado.

Los siguientes años 2020 y 2021, azotados por la pandemia del corona virus, acrecentaron mis temores de que ya no iba a trabajar más en una relación de dependencia, y que solo podría mantenerme ofreciendo mis servicios profesionales. Pero en medio de esa crisis mis ingresos económicos decayeron, mas sin embargo, el Señor nunca se dejó ganar en misericordia, y cuando mi aporte económico decayó, ahí estuvo todo el soporte de mi familia, de mi esposa y mis hijas, y entre todos pudimos sacar adelante la economía familiar.

A la preocupación de estar cesante en 2022, se le unió otra preocupación adicional, la de encontrar una manera de poder hacer aportes voluntarios al IESS para completar mis aportaciones y poder Jubilarme. Aportar $74,80 por 36 meses de forma ininterrumpida, sin trabajo y con la economía familiar al límite, era todo un reto que realmente parecía un imposible, pero para Dios no hay nada imposible.

Seguía avanzando el año 2022, y la crisis económica familiar continuaba cada vez más dura, y francamente por momentos llegué a desesperarme y a perder la Fe en Dios. Mis oraciones ya no eran oraciones sino momentos de reclamo, yo me convertía en el Señor del Señor, ya no pedía trabajo, exigía trabajo y por supuesto esto no me daba paz.

Pero todo cambió un viernes 29 de septiembre de 2022, la comunidad Tierra Santa organizó un retiro de Convivencia Cristiana, un retiro de conversión y avivamiento de dones y carismas, que el Espíritu Santo ya me había regalado hace muchos años atrás; algo que muchos hermanos, entre ellos yo, habíamos descuidado tremendamente, pero que el Señor quería reactivar en ese retiro y que dichos dones sean puestos al servicio del pueblo. – Aún recuerdo cuando el Señor puso esta frase en mi cabeza “Los que quieran ser sanados de la pata que cojean serán sanados, y a los que no quieran sanarse, les pondré una prótesis, pero ya no cojearán más.” dijo el Señor en ese retiro. También en ese retiro un hermano comunitario se me acercó y me dijo, “El Señor quiere que tu hables y des un testimonio”, y así lo hice, pero yo no sabía que ese era solo el principio de un milagro que estaba por venir, y luego en las siguientes semanas Dios me mostraría todo su poder.

Lo primero que hice después del retiro fue descansar en el Señor, y en mis oraciones ya no iba a exigirle trabajo, sino a esperar y confiar en su santa voluntad, eso me trajo paz.

Lo segundo fue poner mi granito de arena, mejoré y actualicé mi hoja de vida, realicé algunos contactos, y me reinscribí en las páginas de empleo para empezar a recibir ofertas, y pasé unas cuantas hojas de vida por grupos de Whatsapp a mis amigos.

Lo tercero fue escuchar a los hermanos de la Comunidad Tierra Santa; cuanta falta nos hace escuchar a nuestros hermanos, porque a través de ellos El Señor puede estar hablándonos directamente.

Recordé que hace unos meses atrás un hermano oró por mí en una asamblea y me dijo que confiara en el Señor que él iba a obrar para que mi familia y yo podamos superar la crisis económica. Este mismo hermano hace muchos años atrás ya me había dado un consejo que en su momento me ayudó superar otra situación; y pues que creen, este mismo hermano me pasó un mensaje-audio por Whatsapp para que busque trabajo en la red Linkedin, que el trabajo se podía conseguir en esa red social me dijo, no lo pensé dos veces y así lo hice, seguí sus indicaciones al pie de la letra y realicé una publicación de que andaba buscando trabajo.

Lo cuarto fue orar por esa publicación que había hecho, y a las pocas horas me empezaron a contactar algunas empresas y antiguos amigos para pedirme la hoja de vida para que aplique a las vacantes que había disponibles. La oportunidad que más avanzó fue la de COMPUHELP, una empresa en la que yo ya había trabajado hace muchos años, sin embargo, por esa situación de haber trabajado antes ahí, casi me descartan, ya que no veían con buenos ojos mi carpeta por la antigüedad (laboral) que podía generar a la empresa. Pero esta puerta de trabajo me la estaba abriendo El Señor así que me agarré de él y personalmente solicité una entrevista y fui a conversar con ellos y dialogando superamos el problema, y que creen, fui contratado un 18 de octubre de 2022, tres años exactos desde mi último trabajo 18 de octubre de 2019, y con todos los beneficios de ley.

La sensación que tuve cuando me percaté de que las fechas de salida de mi último trabajo y la de entrada al nuevo eran las mismas, fue sentir como que el Señor solo me había puesto en pausa y luego había dado Play reanudando el video de la película de mi vida.

Ya en mi primer día de labores, una de las personas que me había recomendado para este trabajo me invitó al almuerzo y mientras comíamos, me contaba que cuando llegó mi hoja de vida a las manos del reclutador, había dicho, está es la persona que necesitamos, una persona con experiencia, con trayectoria, que inspire respeto y que tenga sus canas (un señor mayor). Increíblemente el Señor me demostró que la principal razón por la cual yo creía que me descartaban (o sea por mi edad) era justa la razón por la que ahora me habían contratado, Gloria a Dios.

A la tarde siguiente fui a la oficina a firmar contrato y otra sorpresa, cuando llegué fui recibido por un antiguo compañero, y cuando entré, este me dio un fuerte abrazo, luego me presentó a todo el personal y me hizo un recorrido por toda la empresa.

Me sentí restablecido y muy amado por el Señor, perdonado y restituido igual como hizo el padre cuando perdonó y volvió a acoger en su divina presencia al hijo pródigo.

Mi Primera Alianza

Autor: José Orlando "Mayo de 1995 fue un mes lleno de significado para mi vida y la de mi esposa. Fue el momento en que, ya siendo miem...