Autora: Landy de De La Rosa
Deseo comenzar mi testimonio con un versículo del Salmo 34: 4 que dice:
“Recurrí al Señor y el me contestó”. Queridos hermanos, así fue, El Seños me respondió.
Mi esposo Julio De La Rosa, proveedor
de una familia constituida por cinco personas, a raíz de la pandemia quedó desempleado
un año y cinco meses. Ante esta situación, el mantenerme fiel para el Señor
durante este tiempo no fue fácil, porque empecé a cuestionarme, sin embargo, día
a día Él nos decía que sigamos confiando en sus promesas, su fidelidad y su
providencia para nuestro hogar. Y que,
aunque no veamos venir nada, sigamos confiando en Él. Y así vivimos con mucha
alegría y esperanza un día a la vez.
En
noviembre del 2021, en esos días agotadores, donde uno siente que ya no puede más,
y que definitivamente el Señor debe llevar por completo tu carga, me concedió
un trabajo presencial medio tiempo como se lo estaba pidiendo en oración y Él
me escuchó,
Recibí
la llamada de la Sra. Olga Solís, Gerente General de la empresa Limerin S.A., donde
yo había laborado durante 11 años y a la que tuve que renunciar por cuidar a Natalia,
mi hija mayor. Ese día fui a visitarlos para ver en que los podía ayudar, y para
la Gloria de Dios, me quedé trabajando con ellos. Y aunque era por un mes, decidimos
tomarlo por la situación económica que estábamos pasando y seguir confiando en
el Señor.
En
ese mismo día, al llegar a casa, mi esposo me cuenta que lo llamaron de la
empresa NOVARED a indicarle que él era el candidato escogido para el cargo de jefe
de producción, y que debía acercarse en horas de la tarde a ultimar los
detalles. Por lo tanto, aquel Dios de los imposibles, nos concedió trabajo a
ambos. Obviamente había una decisión nueva que tomar, yo tenía que comunicar en
Limerin S.A., que nos les podía seguir colaborando porque mi esposo ya había
conseguido trabajo y yo me quedaría en casa cuidando a nuestras dos hijas.
Entonces,
llegué al siguiente día a la empresa y con mucha pena le comuniqué la noticia a
mi jefa, sin embargo, una vez más el Señor sale a favor nuestro, mi jefa me
dice: “No importa Landy, no me deje votado el trabajo, hágalo virtual desde
su casa y cuide a sus hijas. Dios conoce la intención de su corazón con sus
hijas y Él la va a premiar”.
Y
como les comenté, el trabajo era solo por un mes, pero como soy consentida del
Señor y Él cuida de sus hijos, a la fecha tengo diez meses reintegrada
laboralmente y me hicieron la propuesta que, cuando mis hijas ingresen a clases
presenciales, yo labore medio tiempo, y así lo estamos haciendo desde el mes de
mayo. Además, se llegó al acuerdo en que. si hay alguna situación con mis hijas
o vacaciones escolares, yo haga el trabajo virtual desde mi casa. Nos estamos
adaptando y nos ha funcionado muy bien.
Es
mi deseo darle gracias a Dios por su Providencia, por sostenernos, por darnos
alegría en medio de la tribulación, por ese don de austeridad, que es un don de
santidad, y no es fácil de llevar, pero seguimos confiando y como dice su
palabra “Prueben y vean que el Señor es
bueno” Salmo 34, 8.
Para
Gloria y honra de Dios.