lunes, 17 de mayo de 2021

LA PROTECCIÓN DE LA PRECIOSA SANGRE DE CRISTO

Nataly de Sánchez

Mi esposo (César Sánchez) viaja constantemente a provincias por la actividad de nuestro trabajo, aquel día viajaba a Santo Domingo. Cada vez que viaja se lo encomiendo a Mi Señor y  sello su viaje con su preciosísima Sangre de Cristo, de igual manera él lo hace al momento de subirse en el carro de la cooperativa que le toca.

A las 2:19 de la madrugada del 23 de Febrero del 2010, recibí una llamada de mi hermano que me avisaba que el carro en que iba César se había chocado, y sabia que Felipe, quien lo acompañaba para ayudarlo en la gestión tenia rota la cabeza. La verdad es que me puse un poco nerviosa sin saber qué hacer, yo estaba sola en casa, él se encontraba a 3 horas de la ciudad a la altura de Ventanas (Guayas).  Solo cerré mis ojos y dije: Señor Guíame qué debo hacer.

Así que  fui a ver a mi hermano para que me acompañe, y nos fuimos a verlo en mi carro. Las piernas me temblaban, pude contactarme con mi esposo y me tranquilice al escucharlo, pero también pensé que a lo mejor no quería preocuparme. Antes de salir llamé a la responsable de mi grupo comunitario, le comunique lo sucedido y le pedí que oraran por mi esposo. Fueron las 3 horas más largas de mi vida, un viaje con lluvia, fuertes relámpagos y sin estar segura cuál era la vía correcta para llegar, solo iba alabando a mi Señor, cantándole aún con mi voz que se quebraba a ratos, pero la alabanza me daba fuerzas, fe y confianza que iba a encontrar a mi esposo sano y salvo.

Cuando iba llegando al lugar y vi el carro volcado y destrozado pude imaginar la magnitud del accidente, pero cuando vi a mi esposo, pude ver el amor, la misericordia, la protección y la fidelidad infinita de mi Padre.

Hermanos, proclamo que la Sangre Preciosa de Cristo tiene poder.  Hubo muchas personas con la clavícula rota, inconscientes, personas con vidrios clavados en la espalda, sangre por todo lado, etc., fue un accidente con mucho que lamentar,  solo 4 personas: 2 niños recién nacidos, un joven y mi esposo, estaban ILESOS para la Gloria de Dios, ni los lentes que los llevaba puestos se rompieron. Tenía algunos golpes y raspones pero está Vivo gracias a aquel que nos ama.  

Gracias también a mis hermanos comunitarios por sus oraciones, la mejor arma para luchar en la batalla.   

Sigamos intercediendo para que su  Sangre preciosa  nos siga protegiendo.  ¡Que así sea! Amén.

Actualización Jun-2021:

Han pasado 11 años de aquel accidente y sigo dando gloria a Dios por la proteccion para mi esposo y mas aún en esta epoca de pandemia que ha sido de mucho  riesgo viajar a provincias  muchas de ellas siendo centros epidemiologicos  y en trasporte de cooperativa; sigo sellando y cubriendo con la Sangre Preciosa de Cristo a mi esposo  y aunque la frecuencia de viajes se ha tenido que intensificar por cambios internos del negocio, Dios ha obrado un milagro en el y lo ha protegido incluso  del covid.  Solo Dios lo puede hacer, su Misericordia es infinita.


APRENDI A CAMINAR EN CRISTO

Francisco Fernández

A mis 11 años siendo un niño que terminaba su escuela, caí enfermo de varicela y en el tiempo de carnaval tuve una recaída con un cuadro clínico que empeoró causando una encefalitis, el diagnóstico que le daba la pediatra a mi mamá es  que lo más probable era que tuviera problemas cerebrales y que no vuelva a caminar; hasta ese momento aún podía caminar,  pero llegó  un día de desesperación total para mi familia, todo lo que comía lo vomitaba, y no sentía mis piernas, no podía caminar, me llevaron al hospital del niño, en  donde estuve hospitalizado por un mes exactamente, con un cuadro difícil,  pero ahí se presentó la obra del Señor.

Había iniciado mi participación en el grupo católico juvenil llamado Cristo Joven (Comunidad Tierra Santa),  que se reunía en Sauces VI, en la iglesia Santa Isabel, y descubrí que el amor de Dios es maravilloso, tan grande que no puedo estar afuera de él. Esa fue mi primera canción que aprendí y cuando estaba en el hospital la cantaba. Mi madre,  una mujer de fe, pidió incesantemente al Señor que recuperara mi salud, yo la veía todos los días pidiendo por aquello. Una noche viéndola llorar le pregunté por qué lloraba y me dijo que quería volver a verme caminar, esa noche le dije: madre así va ser, el Señor actuará, aunque el diagnóstico médico indique que no volvería a caminar, yo volvería a hacerlo porque confiábamos en Él.

Luego de 3 semanas de estar en cama,  me pude parar y caminé.  Admirados los médicos le dijeron a mi mamá que era una recuperación asombrosa, pero lo más probable es que tenga problemas mentales que le impidan su normal desarrollo; a la cuarta semana salí del hospital, a los 2 meses pude volver a correr, a los 6 meses pude volver a subirme las paredes de la casa y a los72 meses era el brigadier mayor de mi colegio, abanderado del plantel, mejor alumno de mi promoción y con un gran deseo de dar todo a Cristo que me enseño a caminar en Él, y comprender que me ha preparado para superar obstáculos difíciles y avanzar mar adentro.

¡GRACIAS SEÑOR JESÚS!

HIJO DE DIOS

Monse Banegas de Arellano

El 17 de Diciembre de 1988 cuando  estaba en el segundo mes de embarazo tuve un sangrado abundante por lo que de inmediato me vio el médico, y recomendó reposo absoluto para evitar perder al bebé, y debía esperar hasta el tercer mes para realizarme un “cerclaje”, es decir, coserme el cuello del útero, antes manifestó que no era recomendado hacerlo pues había que esperar, porque si venía con alguna deformidad la misma naturaleza lo expulsaría. 

Fue un mes largo de espera confiando solo en el Señor. Con el antecedente que ya había  tenido una pérdida 8 meses antes sin motivo determinado.

En el tercer mes me realizaron el “cerclaje”, pero debía permanecer en reposo de cama todo el embarazo, así fue, renuncié al trabajo y me dio paz y tranquilidad para así hacerlo,  porque además disfruté del amor, el servicio y la compañía de los hermanos comunitarios.

Durante el embarazo tuve que ingresar algunas veces a la clínica para realizarme monitoreo para verificar que estaba el bebé en buenas condiciones.

El médico programó la cesárea para una fecha determinada, se adelantó tres semanas a lo planificado, la noche del 31 de Mayo de 1989 inicié parto, ingresé a la clínica con fuertes dolores, rotura del tapón y el médico llegó 12 horas después de mi ingreso, chequeándolo todo sólo por teléfono,  para que una vez más quede manifiesta la gracia y el poder de Dios. Su protección fue más allá de lo que humanamente pueda esperarse, el niño nació en la mañana del 1 de Junio en muy buenas condiciones, no necesitó oxígeno ni nada adicional. Porque como le dije al médico cuando me lo mostró inmediatamente de nacer: él es Hijo de Dios.  

Actualización Jun-2021:

El tiempo ha pasado y actualmente mi hijo el entonces recién nacido tiene 32 años, es un profesional,  está casado con una mujer de fe, tienen dos hijos pequeñitos. Como pareja esforzándose para vivir como matrimonio cristiano.  

Todo para mayor  Gloria de Dios .

¡DE LA MUERTE A LA VIDA!

Patricia Ramos de Fernández

Era el año 2004, estaba recién casada y tuvimos la sorpresa que de la luna de miel ya veníamos con un integrante más de la familia.   

Una madrugada, cuando cursaba la quinta semana de embarazo inesperadamente me vino un sangrado, era una amenaza de aborto, me llevaron al hospital, una vez allí sacaron ecografías y confirmaron  que el  bebe estaba  a punto de  ser expulsado.

La doctora que atendió mi caso sugirió que se me interne al menos una semana para ver si podía salvar al “producto” (como le llamaban los doctores),  en medio de toda la circunstancia no dejábamos de pensar que Dios estaba a nuestro lado como siempre.

Las llamadas no se hicieron esperar,  y más aún las oraciones,  los doctores se mostraban preocupados por el cuadro y aunque no lo decían, no se mostraban optimistas. Nosotros orábamos sin parar. 

Una noche en el hospital  yo le entregue mi  hijo a Dios, diciéndole que si era su voluntad se lo lleve.

La familia y los hermanos constantemente nos visitaban,  hasta cuando dos de nuestros hermanos de Comunidad Tierra Santa fueron a orar específicamente por la vida del bebé,  y uno de ellos tuvo un sentir,  me dijo que yo había pedido que Dios se lo lleve, y era cierto, le expliqué como lo había hecho, pero al parecer había pedido en forma incorrecta. Continuamos con la oración y al final de la semana todo se había normalizado; claro, que continuamos teniendo cuidados. ¡Dios lo liberó de la muerte! Al nacer se bautizó con el nombre de Juan Francisco,  que es el nombre del papá sumado al nombre de San Juan, que era el santo del día de su nacimiento.

Mucho tiempo después, nos enteramos que sin estar conscientes habíamos dado Gloria a Dios a través de estos nombres con los que habíamos bautizado a nuestro hijo, su nombre significa “Dios es misericordioso, por eso ha sido salvado”.


Actualización Jun/2021:

Para mayor Gloria del Señor, Juan Francisco tiene 16 años, y es un muchacho que tiene sus luchas como todo chico, pero que de una o de otra forma está amarrado a los caminos del Señor.


CON UN CORAZON NUEVO

Autora: Beatriz Ramírez de Arroyo

En el año 2002 empezó a resquebrajarse mi salud, trabajaba en una empresa grande como jefa del área de personal, como laboraba hasta la noche pensamos que era estrés porque me agotaba y no alcanzaba a tomar aire normalmente y empeoré.

Cuando comencé a hincharme en especial las piernas, fui al médico y como me encontraron el hígado hinchado me dieron tratamiento para eso, pero seguí con la falta de aire de modo que me cansaba el solo salir de la cama, lo pusimos en oración y entonces nuestro hermano el Dr. Luis Fernando Arroba nos recomendó un cardiólogo, el cuál encontró una “Deficiencia Cardíaca”.

Empezó mi tratamiento y mejoré, pero solía tener recaídas pues seguía trabajando. Tuve que renunciar a la empresa por salud, pero los gastos adicionales de medicinas, exámenes y visitas al cardiólogo bajaron nuestra economía.

Volvimos a pedirle al Señor ayuda. La Comunidad Tierra Santa nos ayudó con sus oraciones y a solventar gastos económicos fuertes a través de los grupos. Así estuve con recaídas recurrentes y mi salud se iba apagando poco a poco con entradas y salidas de la clínica.

Ya para el 2007 estas recaídas entraban en crisis, ingresaba a terapia intensiva y quedaba demasiado delgada por lo fuerte de los tratamientos. Volví a recaer en el 2008 de manera peligrosa; pero Dios preparó ese día para mi auxilio porque me pudieron cargar dos hermanos de comunidad, me sacaron sentada en una silla y llevaron a la clínica a internarme en terapia intensiva. Respiraba de a poquito y oía que todos corrían de un lado a otro, poco a poco mis ojos empezaron a nublarse y escuché que mandaban a ver el resucitador, realmente me estaba perdiendo del mundo físico y me entregué en los brazos del Creador; de repente me cubrió una luz blanca intensa que abordó mi ser con amor tan grande que no puedo describir y hablaba con mi Padre celestial y constaté su inmenso amor por su pueblo, entonces empecé a escuchar el ajetreo a mi alrededor y una voz de varón que decía “la tenemos”.  Estuve una semana con fuerte tratamiento pero el doctor me dijo que ya no era suficiente el tratamiento sino que había que recurrir a un marcapaso, lo que implicaba para mí gastos más fuertes, así que me trasladaron al Hospital General a cardiología en terapia intensiva.

Para esto, mi cardiólogo el Doctor Duque se reunió con dos eminencias (doctores) de Argentina, y entre los 3 decidieron que la ciencia había inventado un instrumento para aliviar la insuficiencia de mi corazón, equipo que valía como $30.000 dólares.

Mientras tanto en la oración del pueblo el Señor había revelado que por su voluntad me daría  UN CORAZON NUEVO.

Los médicos buscaron una institución benéfica y fue El Club Rotario quien lo donó al Hospital General. Presentaron los papeles de tres pacientes que lo necesitaban urgente, pero se llegó a la conclusión que los otros dos habían tenido algunos paros cardíacos y tenían el corazón muy dañado y solo quedé yo, y sucedió que el equipo era ideal para mi caso.

La diferencia del dinero se reunió con la ayuda de los hermanos de comunidad y compañeros de mis hijos. El 6 de junio del 2008 me operaron y mi recuperación fue increíble,! pues había que sincronizarlo al ritmo de mi corazón y aunque estaba débil, delgada, sin músculos en mi cuerpo me sentí muy bien con mi corazón, pues ya no me cansaba, respiraba bien y conversaba con todos contenta, haciendo bromas. Tenía que hacer terapia para recuperarme y aquí estoy como si nada hubiera pasado, con mi corazón nuevo, ¡ regalado por el Señor!

Amen

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